Parte 9: Pintura de detalles

Un punto muy importante que realza la calidad visual de nuestras maquetas es otorgar el mismo realismo a la pintura de los accesorios y detalles que al resto de la maqueta. Es más, la pintura descuidada de un accesorio puede echar por tierra todo el trabajo previo.

La verdad, para que negarlo, cada paso suma pero un único paso el falso lo puede mandar todo a paseo.

En este caso, hay que dar la importancia que merece a la pintura de los accesorios porque marcan de una manera muy clara la personalidad y procedencia del vehículo. Los jerrycans son pintados en un gris muy oscuro casi negro, así como pinté con cuidado la lona de protección del cañón y el tubo de escape, que suele ser uno de mis «ecosistemas» favoritos y del que hablaremos luego con los óleos del siguiente paso.

En el caso de los jerrycans, sobre el color gris oscuro general, casi negro con el que los pinté a pincel, no olvidé que la luz también incide sobre ellos, generando sombras y zonas con más luz aplicadas aclarando el gris con un poco de blanco. Pero, si hay una bendición en el modelismo que hace lucir bonitas y reales nuestras maquetas es el contraste realista. ¿Y que es eso del contraste realista? Pues el ejemplo creo es concluyente: un Panzer grey casi negro con un empolvado en verano. Si se ejecuta correctamente, el contraste aún siendo muy evidente, es armonioso y puede quedar realmente atractivo.

Pues bien, ciertos accesorios permiten ese contraste realista, como estos jerrycans  con su color oscuro. Cualquier empolvado en sus hendiduras y superficie multiplicará el realismo y el atractivo del mismo.

Por tanto: cuando vayas a pintar los accesorios de una maqueta, busca siempre, dentro del realismo en el color militar elegido, que el color que elijas pueda contrastar de una forma realista con el color general del weathering de tu maqueta. ¿Que tu carro está en una zona en invierno con un weathering oscuro? Pues pinta los accesorios con colores claros. ¿Que tu carro está en una zona desértica? Pues accesorios oscuros para que resalten en ellos los procesos de weathering posteriores. Es un recurso válido y cuyo resultado, suma enteros a tu maqueta.

Parte 10: Oleos

En este paso me voy a centrar en dos detalles que suelo hacer en mis maquetas con óleos: los escapes y los tratamientos de superficies con obstáculo intermedio. Son dos de mis recursos habituales que creo le dan un toque muy atractivo a las maquetas.

  • Tubo de escape y entorno: hay mil tutoriales en la red que nos cuentan como pintar zonas oxidadas con mil tipos de productos. Y todos son fantásticos y los resultados que se obtienen son apabullantemente reales. Pero, ¿que pasa con las zonas que rodean los escapes? Pues lo habitual que se hace es la sombra con negro mate simulando hollín en la punta del escape y en la zonas en las que el humo puede llegar. En este caso,  como se ve en la foto, tanto la chapa de protección del tubo de escape como las zonas de las cajas metálicas más próximas al escape presentan un notorio deterioro de la pintura. Como he explicado ya anteriormente, nada hace mas daño a la pintura que los ciclos de frío y calor, las dilataciones y contracciones del metal subyacente. Por tanto, cerca de los escapes, los efectos de pintura deteriorada dan más sentido y explican uno de los ecosistemas del carro. ¿Como hacer ese efecto? Muy muy sencillo: unos puntitos de oleo color sepia y un par de puntos de oleo color óxido claro fundidos sobre la superficie con un pincel de cerdas duras. Una simple variación del tono basta para un efectismo realista.

  • Un simple relieve o hendidura en una superficie no deja de ser un obstáculo para cualquier fluido que circula en la superficie. Parece sencillo imaginar a una tripulación rellenando los depósitos de combustible y derramando ese combustible sobre el propio depósito de forma descuidada. Pues bien, ese combustible antes de evaporarse y dejar su residuo, se comportará como un líquido normal y manchara aquella superficie derramandose en las zonas libres de obstáculos. En este caso, llega al relieve y no pasa del el. De esta forma, puede observarse como el relieve que hay frente al guardabarros es una linea que nos permite tratar de forma diferente y realista ambos lados del relieve. La zona más próxima al depósito tiene suciedad que proviene del depósito y el resto, se ve en otro tono. Por tanto, aprovechemos estos relieves en nuestras maquetas para, aplicando la lógica, hacer creíbles cambios  de tono.

Quisiera aprovechar este punto para hacer un comentario personal. Existe un debate que no acabará ni resolverá nadie, y es el del efectismo versus realismo. Cada cual tiene sus partidarios y detractores en función de la forma de entender el modelismo cada uno. Aquí no tengo nada que opinar, que cada uno sea feliz con su forma de hacer maquetas. Pero … nunca olvidemos mirando a nuestro alrededor, a la realidad, que los contrastes existen y que es el cerebro el que decide si el resultado es realista o no en una maqueta. Por tanto, contraste si, pero lógico y que no sea preciso explicarlo: que el cerebro no lo cuestione. El resto, si es efectismo puro y duro (que, por cierto, me encanta también) que generará un siempre interesante debate aunque estéril … y digo estéril no por el debate en sí, que siempre es enriquecedor, sino porque al final, cada uno piensa y siente como lo hace y las posiciones siempre acaban igual que empiezan.

 

Parte 11: Empolvado con aerógrafo

Lo diré una, dos y mil veces: una maqueta empolvada no es una maqueta llena de polvo. Una maqueta empolvada es una maqueta que tiene polvo donde tiene que tenerlo. La sensación de polvo no la da una superficie llena de polvo, sino el contraste entre las zonas limpias y sucias. Así de simple pero así de complicado.

En primer lugar, con una pintura con textura muy fina, realicé de forma aleatoria pequeñas acumulaciones de tierra seca, sobretodo en las proximidades de aquellas zonas más propensas. En aquellos vehículos que tienen su vida operativa en zonas desérticas, salvo en los escasos momentos de lluvias intensas, donde el embarrado es como en Europa (tengo siempre en mi memoria unas fotografías de los Tiger I en Tunisia llevos de barro por las lluvias, aunque cierto es que Túnez no es tampoco un desierto en el sentido que tenemos todos en mente), las acumulaciones de barro se suelen realizar en las proximidades de los ejes y partes móviles con fugas de grasa (los ejes). Por tanto, más que barro es una acumulación muchas veces de grasa, polvo y tierra.

 

Como las pinturas con textura siempre dejan unos bordes muy nítidos una vez aplicados, suelo fundirlos con suaves pasadas de aerógrafo, ya sea buff o, como en este caso, el madera clara de Tamiya XF-78 (que, personalmente, me gusta más al ser más amarillo y clarito).

 

 

Para el empolvado de la parte superior, lo primero que hay que hacer es conocer «la teoría del polvo». Y a teoría del polvo es muy sencilla: el polvo se acumula en aquellos puntos en los que no se cae por vibraciones, limpieza (por acción de la tripulación al estar sobre el, moverse  y mantenerlo) o porque no puede quedarse fijado por la inclinación o lo pulido y sin agarre de la superficie (caso complicado en carros de combate). Por tanto, lo primero que hice en este caso fue enmascarar las superficies sobre las que consideré que el polvo no se iba a depositar. Aclaremos, no es que el polvo no se deposite también en ellas, que lo hace en todas partes, sino que lo hace en una cantidad mucho menor que podemos imitar con tratamientos más suaves, evidentes, pero no tan contundentes como el empolvado con aerógrafo (los óleos, por ejemplo, del paso 10)

Lo importante es que para tener una sensación de empolvado general, haya partes limpias (más o menos) y otras en las que se note el polvo. Si aplicamos el polvo en todas las superficies y recovecos, lo que tendremos será un carro color polvo, sin más, plano y sin matices.

 

La pintura debe aplicarse muy diluida y de forma no uniforme, nunca con la misma intensidad ni espesor de empolvado. Al color base empolvado interesa igualmente cambiarle ligeramente el color añadiendo un poco de blanco o bien oscureciendolo con tierra mate.

 

Una vez seco el empolvado base, le aplico una ligera capa de barniz mate para sellar el trabajo realizado y protegerlo de posibles agresiones si queremos añadirle matices con óleos o pinturas esmaltes ya a nivel de micropintura.

Y con el fin de darle un poco de volumen a las acumulaciones de polvo en zonas de concentración, apliqué puntualmente pigmentos que fueron fijados a la superficie con el empleo de thinner X20-A de Tamiya. Esta técnica de empolvado con pigmentos la desarrollaré con el artículo del M-1078.

Solo, como spoiler, daros un dato importante con los pigmentos: emplear siempre pigmentos que tengan la misma base cromática que la pintura base del empolvado. Si el polvo tiene colores ocre, arena, amarillos y blancos, no usar pigmentos que tengan rojos, por ejemplo.

Con este paso doy por terminado el paso a paso del Tiran. Quedan partes por ver, pero las desarrollaremos en entregas específicas dedicadas al empleo de óleos, tratamiento de cadenas metálicas, etc. Espero os haya gustado. En breve, ¡el M-1078!