IMPRIMACIÓN DE MAQUETAS

 

La imprimación: ¿por qué?

En casi todos los artículos que incluyen el paso a paso de pintura de una maqueta, la imprimación de la misma es el primer paso obligado, ¿porqué?

Los motivos para imprimar una maqueta resultan más que evidentes. En primer lugar, la necesaria homogenización en color de los materiales que empleamos en el montaje de la maqueta. Normalmente, se emplea no solo el plástico de la maqueta, sino piezas o elementos (generalmente de otros colores) de otras maquetas de plástico de nuestro “cajón de sastre”, piezas de resina (que pueden ser de diferentes colores en función de su procedencia), aluminio de los cañones, colores dorados o plateados de los fotograbados, los colores del putty en aquellos puntos donde sea preciso (con colores grises, verdes, etc), colores de las masillas epoxy con los que hacemos telas y paños, etc.

La verdad es que el aspecto de la maqueta terminada con toda esta sinfonía de colores y materiales es realmente atractiva y francamente, hay maquetas que es una pena que se pinten porque queda oculto todo el trabajo que conllevan y que no siempre es apreciado. Pero si vamos a pintar la maqueta, es preciso homogeneizar todos estos colores de los diferentes materiales en uno solo.

Obviamente, la imprimación nos permite igualmente, poner de manifiesto todas las imperfecciones del montaje, rebabas, uniones defectuosas, etc, que la maqueta pudiera tener y que el color de los materiales pudieran ocultar. Y creerme si os digo que siempre, siempre, siempre, encontraremos defectos.

Este punto es el único en el que, curiosamente, siempre espero tener un color base homogéneo. Una de las constantes de este libro, que resume mi filosofía del modelismo, es una declaración de guerra a la uniformidad y homogeneidad: la capa base de concepto tradicional es, para mí, el peor enemigo del modelista. De hecho, toda la fase de pintura de una maqueta es una huida de ese color homogéneo inicial con el que la pintamos la maqueta y que se ve coronada, finalmente, con el hecho de que ni un solo milímetro cuadrado de esa maqueta luzca ese color inicial una vez terminada.

Sobre un color base neutro siempre es más sencillo mirar la globalidad de la maqueta sin dejarse llevar por los tonos chillones o más intensos de los materiales que lo componen.

Hasta ahora, no hay nada que haya dicho que no se haya repetido hasta la saciedad en todos los volúmenes de modelismo y artículos de revistas. Pero existe un importantísimo segundo motivo que no siempre se explica, que no es otro que dar la textura de agarre precisa a la pintura posterior. De hecho, una incorrecta imprimación, es el origen de casi todos los problemas que tendremos con la capa base ya sea en su sentido tradicional o en el sentido de base de luces descrito en el presente libro.

 

 Los materiales

Para mí, los mejores productos de imprimación son el Surface Primer de Tamiya (el de Gunze tampoco va mal, es muy parecido) como imprimación general y el Metal Primer de Gunze como refuerzo previo de imprimación a las piezas puramente metálicas.

El Surface Primer de Tamiya, se descarga desde el bote a un frasco de cristal, se deja reposar unos 5 minutos para que todo el gas desaparezca y, a continuación, se aplica con un aerógrafo.

Otro sustitutivo muy eficaz al Surface Primer de Tamiya es el Surface Primer de AMMO.

Recientemente ha salido al mercado un una nueva imprimación, llamada One Shoot Primer, que parece mejorar la fórmula inicial de la imprimación acrílica, sobretodo de agarre, que era un poco el punto débil de las imprimaciones acrílicas iniciales.

http://www.migjimenez.com/es/colores-acrilicos/934-one-shot-primer-gris.html

El Metal Primer de Gunze se aplica con un pincel en un par de capas finas sobre las piezas metálicas, asegurándonos con ello que en posteriores fases de pintura, ya sea por el ataque de disolventes o bien por golpes, la pintura salte y quede a la vista el color del metal. Se evapora con pasmosa facilidad y no deja residuo, así que no te preocupes demasiado al aplicarlo. Pero asegúrate que queda todo cubierto.

Aplicando la imprimación

No importa cuántas veces lo repita ni lo pesado que el lector pueda pensar que soy, pero un aerógrafo no es un pincel. Con un pincel, estamos acostumbrados a que cuando el pincel cargado pasa por una superficie, esta superficie queda manchada. Pues bien, con el aerógrafo no podemos pensar igual. Y si lo hacemos, pintaremos mal y tendremos todos esos problemas que solemos tener ¡y que tanta manía nos hacen tener al aerógrafo!

El aerógrafo es la aplicación de un color por la continua superposición de capas transparentes. ¡Recordemos a nuestro querido Karate Kid! ¡Pule y encera! ¡Pongámonos el Kimono y sigamos los pasos adecuados para tener una imprimación perfecta!

Esta secuencia de fotos muestra dos puntos importantísimos. El primero, la forma generalista, sutil y continuada de aplicar sobre las diferentes partes del casco la imprimación. No vamos terminando zonas y avanzando, sino imprimando todo paralelamente hasta el final. Siempre con superposición de capas muy finas de imprimación.

La segunda y no menos importante, el tiempo de aplicación. El reloj que puede verse en las fotos muestra los tiempos reales de aplicación de la imprimación. ¡Veinte minutos aproximadamente en la aplicación de la imprimación tan solo en el casco!

Con esto intento transmitir dos conceptos importantes igualmente. El primero es el tiempo de secado de la imprimación. En el caso de la imprimación de Tamiya es casi instantáneo, pero precisa un par de minutos para poder pintar sobre ella sin encharcar. Con las imprimaciones acrílicas, si bien las capas de pintura son más solidas y opacas, tarda más en secar. Una zona que se encharca es una zona en la que la cobertura de la imprimación no es uniforme y, por tanto, a futuros va a generar problemas. Mi consejo es lijar y empezar de cero en estas zonas. El segundo, que cualquier proceso que implique pintura, debe realizarse siempre de una forma controlada, no impulsiva y de una forma lenta y progresiva. Muchos modelistas impriman sus maquetas directamente con el spray para terminar antes. Los resultados, salvo que se tenga un control prodigioso del spray, son la formación de zonas encharcadas.

 

Limpieza de la superficie de pintura

Señores, imprimar una maqueta no es solo homogeneizar colores y un color neutro de comienzo. Es también dejar una superficie limpia y preparada para que la pintura de fases posteriores agarre sobre ella de una forma limpia y sin irregularidades.

Si se siguen los pasos anteriormente explicados de imprimación, lo habitual, es que prácticamente no haya irregularidades en las superficies imprimadas. Pero existen dos factores muy importante que influye en el acabado de la imprimación (y de la pintura) sobre los que el modelista no siempre tiene opciones: la humedad y la temperatura.

Una proyección con el aerógrafo no deja de ser un líquido que sale a una elevada velocidad de la boquilla de nuestro aerógrafo y viaja entre la misma y la superficie de la maqueta. En ese viaje, las probabilidades de que las gotas vaporizadas y proyectadas de la imprimación se sequen parcial o completamente antes de llegar a la superficie son más altas cuanto mayor es la temperatura y menor es la humedad.

Como no todos trabajamos con aire acondicionado o con humidificadores de aire, sobretodo, en los días más secos y calurosos, tenemos que estar preparados para los efectos secundarios.

Como puede verse claramente en las fotos, pese a que hayamos podido aplicar la imprimación con todas las garantías para obtener un buen resultado, siempre habrá zonas en las que existirán irregularidades o un exceso de partículas de imprimación secas en las superficies

Llegado a este punto, la mejor forma de eliminar estas irregularidades es el empleo de esponjas abrasivas, lijas, pinceles de cerdas duras, palillos de algodón, etc. Particularmente, mis favoritas por su deformabilidad y adaptación a las diferentes superficies, son las esponjas abrasivas de grano superfino.

Su forma de aplicación, es sencilla. Con la ayuda de una pinza, se va frotando con cuidado sobre las diferentes superficies y puliéndolas. En el caso de maquetas complejas, llenas de fotograbados o piezas delicadas, este paso requiere una especial atención (aunque no deja de ser una buena forma de testear la robustez del montaje).

Esta foto refleja perfectamente la diferencia entre superficies bien imprimadas y aquellas en as que la superficie de la imprimación no ha sido la adecuada. La torreta y uno de los paneles laterales del casco presentan un color gris más clarito mientras que el resto, presenta un color más oscuro. Las zonas más oscuras presentan irregularidades que, aunque imperceptibles, generan una serie de relieves sombras que oscurecen la apariencia general de las superficies aunque puedan parecer a simple vista, lisas. La mejor prueba es deslizar la yema de los dedos y notar la suavidad de la superficie. El resultado final debe ser suave como la piel de un bebe.

Las irregularidades no dejan de ser acumulaciones de pintura seca adherida a la superficie que al pintar sobre ellas. absorben parte de la pintura, disolviéndose de nuevo parcialmente, estropeando la superficie.

Las zonas pulidas, presentan una suavidad extrema, pero tienen la suficiente micro textura como para que la pintura se deposite sobre ella de una forma regular y sin imperfecciones, que es siempre lo que se precisa para un acabado controlado.

Esta foto muestra, de una manera igualmente muy gráfica, la gran cantidad de residuo que quedaría adherida a nuestra maqueta si no puliésemos convenientemente las superficies.

Finalmente, nuestra maqueta imprimada. Todas su superficies son lisas y suaves, sin imperfecciones y presentan un color homogéneo, sin brillos. Recordemos que los brillos de las capas base, de las imprimaciones, etc, son zonas en las que la pintura un cubrirá como debe y reaccionará de una forma extraña y aleatoria a los tratamientos posteriores. Si tenemos zonas con brillos en la imprimación, deben pulirse o lijarse (y volverse a imprimar) hasta que desaparezcan.

Curiosidades de la imprimación

A veces, una imprimación mal ejecutada ¡puede ser una bendición! De hecho, tal y como se pondrá de manifiesto en algunas de las maquetas de este libro, una superficie irregular y granulada puede ser perfecta para nuestro trabajo. Así, como ejemplo, ¿para que vamos a quitar el granulado o irregularidades en las partes inferior del casco, guardabarros o recovecos de la maqueta si tiene una textura genial para simular concentraciones de polvo o barro? Recordemos, el weathering de una maqueta no empieza en ningún paso concreto. Ya desde su imprimación, podemos empezar a definir superficies con textura. ¡Normalmente, nunca llego a limpiar perfectamente las zonas granuladas en los recovecos o zonas sucias precisamente para esto!